Hace un tiempo, llegó a mi consulta una mujer llamada Ana con una gran duda en su mente: ¿Debería continuar con su socia o no? Me contó que se sentía desmotivada por las actitudes de su compañera, como su falta de entusiasmo y su ausencia en las reuniones. Pero lo que Ana no sabía era que este problema no era solo laboral, sino que se extendía a muchos otros aspectos de su vida.
Trabajé con Ana utilizando técnicas de coaching y la biodecodificación y descubrió que la solución no era romper la sociedad, sino más bien hablar con su compañera y expresarle cómo se sentía. Durante nuestro proceso de trabajo, Ana comprendió que había acumulado resentimiento al no expresarse y poner límites. Descubrimos que había algunas creencias profundamente arraigadas que estaban causando estos problemas: “no soy suficiente”, “no me quiero”, “no merezco el amor”. Creencias que, por supuesto, se habían grabado en su mente mucho tiempo atrás y nada tenían que ver con su socia.
Para ayudar a Ana a cambiar estas creencias limitantes, le propuse un ejercicio corporal/emocional. Al terminar la sesión, Ana pudo ver su situación desde una óptica completamente distinta. Había comprendido que necesitaba hablar y poner límites para tener relaciones saludables y satisfactorias en todos los aspectos de su vida. Estaba lista para hablar con su socia y decidir juntas si continuaban la sociedad o no, pero esta vez no desde el enojo o la desvalorización, sino desde una postura adulta y a la vez amorosa.
Ana encontró una nueva perspectiva y la fuerza necesaria para enfrentar estas creencias. No solo fue capaz de tomar una decisión difícil en su negocio, sino que también aprendió a comunicarse mejor en todas las áreas de su vida. Ahora, Ana se siente más confiada y empoderada que antes.
Si tú también te encuentras en una situación similar, no dudes en buscar ayuda. ¡El cambio puede estar a solo una sesión de distancia!
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Con cariño.
Ezequiel.