Así se siente la desvalorización intelectual:
“No voy a aplicar a ese puesto porque no tengo título universitario”.
“Tengo una licenciatura, pero en mi trabajo valoran más a los ingenieros”.
“Soy Ingeniero, pero no tengo el doctorado”.
“Me doctoré como ingeniero, pero no tengo el pos-doctorado”.
“Tengo el pos-doctorado, pero no me siento lo suficientemente inteligente”.
¿Te suena?
Cada vez más personas llegan a la consulta manifestando que se sienten menos que otros por cuestiones intelectuales o porque no tienen un determinado título o insignia (generalmente es el título universitario). Personas brillantes, que generan envidia con solo abrir la boca, pero que se sienten incapaces o insuficientes al compararse con otras personas que si lo tienen.
ORIGEN DE LA DESVALORIZACIÓN INTELECTUAL
Esto se origina, generalmente, en la infancia o adolescencia cuando por no tener el rendimiento esperado por los padres, estos los critican y/o descalifican, entonces la creencia que se genera aquí es: “Necesito estar a la altura (intelectualmente) para que mis padres me quieran”, o dicho de otra manera: “No merezco el amor de mis padres porque soy un burro/tonto/quedado/etc”.
La mayoría de las veces esta creencia viene reforzada por experiencias en el colegio con algun mestro o profesor que te hizo sentir menos o bien hizo un gesto que te puso en ridículo delante de tus compañeros.
Pero aquí te traigo el gran secreto detrás de todo esto: Ese docente que te trató mal y ese padre para el cual no eras suficiente… también se sintió así en algún momento de su infancia o adolescencia. Entonces, lo que hace, es proyectar sus limitaciones en ti. Aunque no lo creas, es tan simple como lo estás leyendo.
El problema es que tu te creiste ese chiste de mal gusto y ahora cargas con una creencia inconsciente que refuerza tu desvalorización intelectual.
Todo esto cobra más fuerza cuando esta desvalorización es arrastrada de una o más generaciones atrás. No te olvides que hasta hace no mucho “eras ingeniero o no eras nada, eras médico o no eras nada, eras abogado o no eras nada”, sino “no ibas a llegar a nada en la vida”.
Te recuerdo que vivimos en una época donde muchas casas de estudio no estan adaptadas al mundo cambiante en el que vivimos, o sea, no te preparan para ser competente.
Te recuerdo también que el mismo Albert Einstein no fue brillante en la escuela, seguido por una lista de otros genios a quienes les debemos el mundo moderno, la ciencia, la tecnología, el arte, etc. ¡Muchos de ellos no eran buenos en la escuela sino todo lo contrario!
Por último, también te pido que me permitas recordarte que vivimos en un momento histórico único, donde un cantante suburbano de un pais latinoamericano como el mío puede mostrar su talento y ganar un premio internacional o un joven que aprende a invertir en bolsa desde el celular puede convertirse en millonario en pocos años.
UNIVERSIDAD: ¿SI O NO?
Quiero hacer una aclaración importante: no estoy despotricando contra la universidad, por el contrario, amo el mundo académico, la ciencia y la filosofía de la ciencia. Solamente estoy diciendo que es hora de ponerle fin a creencias que no te llevan a ningún lado y que te generan tristeza o angustia cada vez que te expones a un estímulo que te dispara dicha desvalorización intelectual.
¡Un gran saludo!
Ezequiel.
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