Hoy, quiero adentrarme en un enfoque novedoso para abordar conflictos y desafíos en nuestras vidas. Gracias a este enfoque recibí críticas sumamente positivas de mis consultantes com las que comparto en las historias destacadas de mi Instagram: “Fue una de las mejores sesiones, siento una paz que no habia sentido antes, nunca me sentí tan querido/a o tan libre, etc”.

Si bien el conocimiento de nuestro árbol genealógico puede ser interesante y revelador, quiero destacar que no es un requisito imprescindible para enfrentar y resolver nuestros problemas. En lugar de depender únicamente de la información genealógica, quiero explorar contigo la potencia transformadora de las meditaciones sistémicas.

Las meditaciones sistémicas son una herramienta poderosa que nos permite abordar y sanar diversas áreas de nuestras vidas, independientemente de lo que sepamos o no sobre nuestro árbol genealógico. Estas prácticas no requieren conocimientos detallados de nuestra historia familiar, sino que nos invitan a conectarnos con nuestra esencia y comprender cómo nuestras experiencias personales están interconectadas con las dinámicas más amplias de sistemas familiares y sociales.

Se trata de sintonizar con una especie de “sabiduría del alma”, aquella parte profunda de nosotros mismos que trasciende la información racional y que alberga la capacidad innata de transformación. A través de la introspección, la atención plena y la conexión con nuestra intuición, podemos acceder a esta sabiduría interior para identificar y abordar las raíces emocionales de nuestros conflictos.

Es interesante pensar que, aunque nuestra historia familiar puede influir en nuestras creencias y patrones de comportamiento, las meditaciones sistémicas nos brindan la oportunidad de romper con patrones limitantes heredados. Al trabajar con estas prácticas, podemos liberarnos de lealtades inconscientes a cargas familiares y encontrar nuestro lugar de equilibrio en el sistema.

El conocimiento de nuestro árbol genealógico puede proporcionarnos información valiosa sobre nuestras raíces, pero no es una barrera insuperable para abordar y trabajar nuestros conflictos. Las meditaciones sistémicas nos ofrecen una ruta alternativa, basada en la sabiduría interna y el poder de la intención. Al conectarnos con nuestra esencia más profunda y resolver las dinámicas heredadas, podemos liberarnos y encontrar la armonía.

Con dichas meditaciones, partimos de la idea de que tu mente “ya sabe tu conflicto y también conoce la mejor manera de resolverlo”, por lo que podemos usarlas para descubrir conflictos programantes en ancestros, secretos familiares y mucho más, pero siempre y cuando la mente esté lista para abordarlo y dejarlo atrás, ese es uno de los aspectos más importantes de esta práctica, que nada se fuerza, a lo sumo se le dan a la mente “pequeños empujoncitos” para poder trabajar, pero nada es forzado ni estandarizado.

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