IMPORTANTE: Nada de lo expuesto aquí reemplaza el consejo de un profesional de la salud. Cuando uso el término “procrastinacion” o “procrastinar” o similar, me refiero al significado que le da una person que vino a consulta conmigo y no al sintoma de alguna patología.

Ayer tuve una sesión con una consultante que me planteó, al inicio de nuestro proceso personalizado (hace aproximadamente un mes), que procrastinaba para practicamente todo y que no encontraba gusto en las cosas que hacia en su dia a dia: actividades como por ejemplo estudiar para rendir un exámen o anotarse en un nuevo curso.

Al día de hoy ella tiene otro semblante, habla con pasión de lo que quiere y tiene una especie de brillo en los ojos que no vi al principio, cuando nos conocimos.

¿Qué cambió entonces?

¡Muy simple! Se dió cuenta de que hacía la mayoría de las cosas porque “debería hacerlas” y no porque son las cosas que quiere hacer o, que no queire, pero que la llevarán a donde quiere que su vida se encamine.

Cuando esto pasa, nuestra vida se llena de esos “debería” y llega un punto en el que prácticamente nos olvidamos de quienes somos.

¿Cómo volver a casa entonces? ¡También es muy simple! Empezar a prestar atención a lo que “te dice” tu cuerpo. Tu mente te va a engañar, tus emociones pueden hacerlo también, ¡pero tu cuerpo no! Él es un instumento que te dirá, con precisión, si realmente quieres algo o no.

Tal es así, que el test muscular (al cual lo enseño en mi curso “Cómo reprogramar tu mente tu mismo/a”) es un mecanismo para saber si algo es verdadero o no para ti, usando la tensión muscular de una parte de tu cuerpo, por ejemplo tus dedos.

Te voy a dejar aquí mismo un ejercicio para que dejes de andar perdido o perdida y empieces a usar tu cuerpo como antena para saber de una manera más fácil e inmediate, que es lo que quieres realmente.
NOTA: Si puedes grabarte en vídeo mientras lo haces, mucho mejor, porque lo que verás te sorprenderá.

¿Estas listo/a?

¡Vamos!

1. Sientate en una postura cómoda, descruzando manos y pies, apoyando la planta de tus pies en el piso y adoptando una postura erguida pero no rígida.

2. Cierra tus ojos.

3. Haz varias respiraciones profundas hasta notar que estas un poco menos tenso que cuando empezaste a hacer este ejercicio.

4. Imagina delante de ti una bifurcación desde la que se abren dos caminos: uno te lleva hacia la vida del “debería”, donde harás todas las cosas que tienes que hacer, sin importar si es lo que quieres o necesitas. El otro te lleva hacia una vida deseada, elegida, que seguramente tenga sus problemas, pero es una vida en la que te levantas de la cama de un salto y haces las cosas con pasión. No importa done ubiques cada camino, si a la izquierda o a la derecha, lo importante es que uno lleve claramente hacia un lado y otro hacia el otro.

5. Presta atención a si hay diferencias de color entre los caminos, por ejemplo uno es sepia o blanco y negro y el otro tiene vivos colores.

6. Empiezas a caminnar mentalmente por el camino del “debería”, siente como se percibe tu cuerpo, como está tu espalda, presta atención a tu garganta, mandíbula y parte alta de la espalda (también el cuello). Sigue caminando por este camino imaginando que transcurren los meses y los años, fíjate cómo te sientes y especialmente cómo se siente tu cuerpo al transitarlo.

7. Ahora vuelve a la bifurcación y toma el otro camino, el de tus anhelos y sueños. Tu trabajo aquí es el mismo, avanza por los siguientes meses y años en este camino y fíjate cómo se siente tu cuerpo.

8 Abre los ojos y, si no notaste diferencia (cosa que no creo), mira el video donde te grabaste haciendo el ejercicio. Opcional: en vez de grabar, puedes pedir a una persona que te mire mientras lo haces y luego te de una devolución acerca de que hiciste con tu cuerpo y gestos mientras realizabas este ejercicio.

¿Cómo te fue? Me encantaría leerte en comentarios.

Ahora tienes mucha más información acerca de que quieres y que no para tu vida. A partir de ahora, a prestarle atención al cuerpo y no tanto a la mente.

La mente es importante y viene despues, por ejemplo, quizá el cuerpo te dice que quieres comprarte un helado y después lo racionalizas porque sabes que tienes que hacer dieta por un problema de salud, sin embargo, tu ya sabes que es lo que quiso tu cuerpo en un primer momento.

Te queda una vida por delante con una divertida actividad que estoy seguro te traerá muchas satisfacciones.

Espero que te sea muy útil.

¡Un saludo!

Ezequiel

Suscríbete a mi Newsletter y así nunca más te perderás de nada:

Newsletter

Comentarios:

    Deja un comentario

    Tu email no será publicado.
    Tu email no será publicado.

    ¿Te interesa un proceso personalizado?
    Agenda una entrevista gratuita (sujeto a disponibilidad):

    Compartir